La vida sigue igual

JOSEP BARTUAL Después del largo invierno, no parece que las cosas hayan cambiado mucho en el Mundial de Fórmula 1. Sebastian Vettel sigue liderando las tablas de tiempos y su Red Bull vuela en la pista. Pero tras la primera sesión de entrenamientos de la recién inaugurada pretemporada, sería casi suicida sacar conclusiones de lo que sucedió ayer en Cheste. Fernando Alonso lo explicó así de fácil: "El año pasado dominamos en Valencia, pero en el último test celebrado en Montmeló, Sauber y Force India nos sacaban una décima. Cuando llegamos a Bahrein algunos estaban preocupados, pero ganamos la primera carrera y los doblamosÉ Los test son test". El asturiano ni quiso lanzar las campanas al vuelo la pasada temporada cuando dominó los entrenamientos del Circuit Ricardo Tormo, ni ayer se preocupó lo más mínimo de verse en quinta plaza a más de siete décimas del actual campeón del mundo. Además, el monoplaza que rodó ayer en Cheste poco tendrá que ver con el que debute en el Mundial, el próximo 13 de marzo. En palabras del jefe de diseño de Ferrari, Nicolas Tombazis, se resume así: "Sólamente un 60% del actual Ferrari estará en Bahrein".
Mientras llega el esperado inicio del campeonato, los únicos datos para valorar la situación de las diferentes escuderías de Fórmula 1 los ofrecen los entrenamientos de pretemporada. Ayer en Cheste quedó claro que el nuevo Red Bull RB7 del campeón Sebastian Vettel se muestra, a priori, tan competitivo como su anterior versión. De hecho el monoplaza parece más una evolución, que un coche totalmente nuevo. El alemán se puso primero a falta de dos horas para que finalizase la sesión y dejó tras de sí a tres coches de 2010 y al Ferrari de Alonso. El Force India de Nico Hulkenberg y Paul di Resta, y el McLaren de Gary Paffett no son referencias válidas, pues son modelos que todavía no han incorporado las soluciones de 2011, como el pesado KERS o el alerón trasero móvil. En cambio, las más de siete décimas que le endosó al F150 del asturiano demuestra una vez más el buen trabajo de Adrian Newey en la escudería austriaca.
Alonso cubrió 98 vueltas sin problemas mecánicos en su Ferrari, mientras que Vettel completó 93. Ambas máquinas parecen fiables y fueron los que más rodaron en Cheste. El asturiano sólo sufrió un pequeño contratiempo al final, cuando se quedó sin gasolina a la entrada del pit lane. Todo el mundo estaba pendiente también del nuevo Mercedes W-02, pero la nueva flecha de plata estuvo la mayor parte del día en el box por una problema hidráulico. Rosberg apenas dio 9 vueltas y Schumacher, al que Alonso señaló como la gran referencia en 2011, catorce. Ambos, como es lógico, muy lejos de los tiempos de cabeza. Jaime Alguersuari también sufrió lo suyo con el nuevo Toro Rosso STR6. Sólo pudo dar 20 giros. La única conclusión clara es que con neumáticos Pirelli, los pilotos rodaron casi un segundo y medio más lentos que el año pasado.