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El circuito urbano de Valencia recibe hoy los últimos retoques de carpintería, pintura y albañilería, la mayor parte de ellos manuales, mientras las escuderías del Mundial de Fórmula Uno inician su desembarco tecnológico y empiezan a instalar sus modernas máquinas e instrumental meteorológico

Técnicos y mecánicos de las diferentes escuderías comienzan a montar los monoplazas que el próximo domingo 24 disputarán en el circuito urbano de Valencia el Gran Premio de Europa de Fórmula . EFE/ Juan Carlos Cárdenas
EFE / JORDI FERRER GISBERT Los mecánicos e ingenieros ya han descargado varios de los monoplazas que competirán el domingo y han iniciado la instalación de sus puestos de control en la recta de meta, tras el muro, mientras varios operarios terminaban de repintar las líneas del suelo y barrer la pista.

La jornada de trabajo de hoy en el circuito, a menos de 48 horas para que los monoplazas empiecen a rodar, ha estado repleta de contrastes y escenas curiosas. De un lado los operarios que trabajan a contra reloj para barrer, repintar vallas, líneas y pianos, y de otro los mecánicos, ingenieros y responsables de la FIA.

La labor de los primeros ha heredado la meticulosidad y pulcritud de los segundos con el objetivo de que todos los rincones del circuito presenten un aspecto reluciente el fin de semana. Los pintores repasan con mimo cada rozadura de las vallas y de los pianos, e incluso colocan plásticos en el suelo para no manchar el asfalto.

El aparente orden y control con que se realizan todos estos trabajos en el interior del circuito choca con el frenético ir y venir de decenas de vehículos de todo tipo por la pista, desde motocicletas hasta trailers y en ambos sentidos.

Los altavoces y pantallas gigantes están cubiertas con plásticos, a la espera de ser estrenados, en el interior de los tinglados todo brilla, los palcos de la recta de meta ya están completamente preparados y sólo quedan por montar las tiendas que algunos equipos abrirán al público.

Tras el "pit lane", donde hoy se ha concentrado prácticamente toda la actividad, el "paddock" resulta posiblemente la zona más espectacular del circuito, tanto por su ubicación junto al mar, como por la presencia de los "hospitality" -comedores y centros de recepciones de cada equipo- más espectaculares y futuristas.

Las terrazas de los equipos de la Copa del América han cedido su espacio para la instalación de estas carpas y prodigios hidráulicos, muchos de los cuales se despliegan de uno o varios camiones hasta transformarse prácticamente en hoteles ultra vanguardistas equipados con el mobiliario más lujoso y moderno.

También las zonas de trabajo para la prensa, fotógrafos y televisiones se encuentra en perfecto estado de revista, con una nueva iluminación, enmoquetado y más monitores (hasta 170 en una sola sala) que durante la celebración de la Copa del América, cuando se emplearon estas mismas instalaciones.

Se ha cuidado al detalle hasta las zonas "menos bonitas" que se encuentran en las inmediaciones del circuito, como solares o viejas naves industriales abandonadas, muchas de las cuales han sido habilitadas como aparcamiento o directamente cubiertas con lonas publicitarias para tratar que todo este perfecto incluso desde el aire.

En el exterior del circuito, decenas de curiosos se acercan hasta la misma valla para tratar de ver el interior del mismo, una empresa complicada porque todo el perímetro de la pista se encuentra completamente cerrado y apenas se puede distinguir nada.

También ha empezado a haber movimiento de clientes en las diferentes tiendas que bajo el lema de 'Valencia Street Circuit' venden camisetas, gorras, bolígrafos y hasta prismáticos, aunque las prendas oficiales de los equipos de Fórmula Uno resultan mucho más atractivas para los aficionados que ya se encuentran en Valencia.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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