Las primeras carreras en el circuito urbano atraen de nuevo a los valencianos al puerto

LAS PROVINCIAS

Las playas, las terrazas y los restaurantes del Marítimo recobran el auge que vivieron hace un año con la celebración de la Copa América

 

Aspecto que presentaban ayer las gradas del Valencia Street Circuit, durante los entrenamientos matutinos.
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Hace sólo un año, los valencianos acudían al puerto en busca de una cita con la vela. Ayer, el reclamo era el motor. El recinto portuario lucía el mismo ambiente festivo y el mismo calor pero un aspecto diferente: esta vez eran bólidos los que surcaban el borde del mar a casi 300 kilómetros por hora. Los aficionados del motor no quisieron perderse los primeros pasos del circuito urbano.

El Valencia Street Circuit tomó ayer el relevo al mismo escenario en el que se celebró la 32 edición de la Copa América y volvió a atraer tanto a valencianos como a extranjeros. El puerto presentó un aspecto muy diferente al de otros fines de semana de julio.

A primera hora de la mañana empezaron a llegar los primeros aficionados. Los entrenamiento del GT Open comenzaban a las nueve de la mañana. A esa hora, los boxes, ubicados en los tinglados modernistas que han sido reformados para las pruebas de motor, ya estaban en pleno funcionamiento. Mecánicos, directores técnicos, jefes de diseño, de equipo y de aerodinámica, entre otros, ocupaban la zona del pitlane para poner en marcha los monoplaza.

Sus operaciones atrajeron a numerosos aficionados e invitados que se encontraban en esa zona. "Impresiona mucho ver los traílers aparcados uno tras otro en la parte trasera y cómo se ponen todos los técnicos a trabajar rápido en cuanto llega un coche", comentó Sergio, un seguidor que, situado cerca de la zona del pitlane, no se perdía detalle de cada movimiento de los equipos a pie de pista.

Mientras este joven miraba impresionado el trabajo de los equipos, una hilera de Ferrari rojos atravesaba la calzada contigua al trazado urbano. Pinceladas de glamur que avanzan lo que llegará el 24 de agosto.

Más arriba, el público disfrutaba en lo alto de las gradas, aunque sólo en las tres habilitadas para el campeonato de Fórmula 3 y Gt Open: la T7, 19 y 20. El resto tienen que estar instaladas para el 24 de agosto, cuando se celebre el Gran Premio de Europa de Fórmula 1. Para esa fecha también deben estar a punto las pasarelas que permitan cruzar el circuito. Mientras, las grandes distancias se suplían con motos, patinetes, quads y bicicletas. Al menos, así se desplazaba el personal de la organización.

Pero a los aficionados no les importaba ni caminar ni ver las carreras bajo un fuerte sol. "Llevábamos esperando este momento desde hace mucho tiempo. Por fin tenemos un circuito en Valencia. Es increíble", aseguró Miguel Rubio, un aficionado que fue de los más madrugadores y llegó a su sitio antes de las 10 de la mañana.

Muchos fueron previsores y se llevaron paraguas para protegerse del sol. Tampoco faltaron las botellas de agua. "Hace un sol de justicia. Pero vale la pena aguantarlo. El circuito está muy bien aunque no hay tanta visibilidad como en el de Cheste. Lo están retransmitiendo pero podrían poner pantallas gigantes para seguir todo el circuito", comentaron Begoña y Sandra, dos jóvenes valencianas a las que les apasiona el mundo del motor.

En la grada 19, Belén Salomón llevaba viendo los entrenamientos desde las 11 de la mañana junto a su marido y a sus dos hijos. "Es precioso. Podemos sentir el olor del asfalto y el ruido de los coches cada vez que pasan por esta curva. Es inexplicable".

Banderas en las gradas
Algunos, incluso, dieron color a las graderías con banderas de España. Los seis miembros de una familia de Meliana se habían ubicado en la última fila "para poder ver las carreras bien". Las de este fin de semana y las de la Fórmula 1 el mes que viene. "Tenemos entradas para ver a Alonso", señaló el más pequeño.

A su lado, una pareja de ingleses que habían aprovechado sus vacaciones en Valencia para conocer también el trazado. "Hemos oído hablar mucho de él", apuntaron.

Pero, sin duda, las mejores panorámicas estaban reservadas para los invitados VIP. En el tinglado número 5, arriba del paddock, frente a una gran recta en la que se sitúan los boxes, los más privilegiados pudieron seguir los entrenamientos y las carreras del GT Open y la Fórmula 3. Lo hicieron desde el balcón y a través de las televisiones de plasma que retransmiten las pruebas. Sin calor y con un menú para los paladares más selectos: ensaladas, sopas frías, carnes y pescados como el salmón al vapor con salsa tártara y el bacalao confitado con ratatouille. Otro de los platos estrella es el pollo al estilo Tandoori acompañado por el exclusivo champán Moët et Chandon.

Además, a los asistentes también se les servirá vinos valencianos y horchata. Este mismo catering podrán tomar los espectadores VIP de la Fórmula 1. La exclusiva sala para estos invitados está decorada totalmente en blanco. Desde las altas mesas hasta los taburetes de diseño. En las barras, no paraban de servirse frivolidades y dulces.

De momento, el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, fue ayer uno de los espectadores de excepción de las primeras carreras en el circuito urbano. Unas pruebas que sólo son el aperitivo del plato fuerte del 24 de agosto: el Gran Premio de Europa de Fórmula 1.

Junto a Camps y su mujer, Isabel Bas, estuvieron presenciando la última carrera del GT Open, el vicepresidente del Consell, Vicente Rambla, el conseller de Infraestructuras, Mario Flores, la secretaria autonómica de Deporte, Niurka Montalvo, y el concejal de Seguridad Ciudadana, Miquel Domínguez, entre otras autoridades.

Muchos curiosos también disfrutaron de las carreras desde fuera del circuito, asomados entre las vallas instaladas en la calle J.J. Dómine, frente al edificio del Reloj. "Más cerca, imposible", afirmó uno de los espectadores. Otros divisaron los bólidos desde las azoteas de J.J. Dómine y en los balcones de la avenida de Francia, en la parte recayente al Valencia Street Circuit.

Además, la Policía Local tuvo que trabajar a fondo para evitar que muchos ciudadanos no se colaran en el interior del circuito. Numerosos conductores y peatones aprovecharon los desvíos y cortes de tráfico al final de la avenida del Puerto para intentar acceder al trazado urbano pese a no tener entradas.

Al final de la jornada, el cansancio había hecho mella en algunos aficionados que se detenían en varias zonas del circuito para descansar. Desde el Centro de Gestión de Tráfico informaron que no hubo retenciones en las inmediaciones. Sólo se produjo tráfico denso en dirección a la avenida del Puerto.

Y es que las instalaciones portuarias fueron el centro de las miradas de valencianos y turistas. Muchos de ellos aprovecharonpara acudir a las playas cercanas. Las terrazas de la Malvarrosa presentaron un aspecto inmejorable. El puerto y sus alrededores recobraron ayer la vida de hace un año. Y volverán a hacerlo en menos de un mes cuando el circuito se vista de gala.
 

 

 

 

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