El bando que restringe fiestas en las azoteas para la F-1 invalida contratos de hasta 60.000 euros

LAS PROVINCIAS

Vecinos y empresas están indignados y aseguran que esta normativa debería haberse comunicado antes

 

Vistas de una de las terrazas de J. J. Dómine, donde estaba previsto organizar fiestas privadas.
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Desde el pasado mes de octubre los vecinos de la avenida J. J. Dómine han estado negociando contratos millonarios con empresas que acudieron para ofrecerles suculentos acuerdos económicos por alquilar sus terrazas durante el fin de semana de la Fórmula 1.

Las firmas les explicaron que su ubicación junto al circuito urbano era privilegiado para contemplar el espectáculo, por eso les propusieron alquilar sus azoteas y organizar fiestas privadas con todo lujo de detalles. Sin embargo, el viernes la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, fue tajante y aseguró que no se permitirían montar "chiringuitos" en las terrazas de los edificios. "Una cosa es que los vecinos inviten a unos amigos y vean la competición desde sus balcones y azoteas y otra es generar una actividad que no está permitida. Eso puede poner en peligro la seguridad de los ciudadanos y no lo vamos a permitir", afirmó la alcaldesa Rita Barberá, durante la presentación del plan de seguridad para la competición de agosto y la de la semana que viene F-3.

Esta noticia ha sentado como un jarro de agua fría a los vecinos y a las empresas organizadoras que ya tenían todo preparado y listo para el montaje. Apenas queda un mes para la celebración del Gran Premio y los contratos no sólo están firmados sino ya cobrados. Además, han acordado mayores cantidades para los próximos años que llegan hasta los 60.000 euros.

"No entendemos que ahora digan esto porque llevamos muchos meses solicitando al Ayuntamiento información para que nos expliquen lo que tenemos que hacer. Además, hemos pedido a los Bomberos que vengan a supervisar nuestras terrazas y ahora nos dicen que va a estar prohibido. Ya lo podían haber comunicado antes", comentó Manolo, presidente de la comunidad de vecinos de uno de los edificios de J. J. Dómine.

El Ayuntamiento era conocedor de que se estaban pactando acuerdos privados para explotar las azoteas, pero en cuanto comprobaron la logística que se estaba moviendo alrededor de estas fiestas vieron que era inviable. "Además de que generar una actividad en un edificio es ilegal, estos edificios son muy antiguos y la estructura es de los años 60, por eso no podemos permitir que se llegue a esta situación", afirmó un portavoz de la Policía Local.

La intención de las empresas era organizar lujosas fiestas con carpas, aires acondicionados, barras libres, neveras para el catering, mesas, cómodos sofás, wc portátiles, hilo musical y toda una serie de equipamientos para que sus invitados pasaran una jornada inolvidable. Sin embargo, toda esta infraestructura no va a ser posible y el Ayuntamiento restringirá el número de espectadores que se instalen en las terrazas.

Los acuerdos económicos ya se habían firmado y cobrado, de hecho muchos vecinos ya han utilizado el dinero para mejorar los edificios. Han cambiado el ascensor, han pintado las fachadas y otros han utilizado el importe para disfrutar de unas buenas vacaciones. "La verdad es que esto nos ha pillado por sorpresa y no sé ahora cómo vamos a actuar", comentó un portavoz de una de las empresas organizadoras de estas fiestas.

LAS PROVINCIAS recibió ayer numerosas llamadas de vecinos y empresarios afectados por la puesta en vigor de este bando, porque uno de los puntos que dejó claro el viernes la alcaldesa Rita Barberá es que las comunidades de vecinos serían las únicas responsables de si se habilitaban las terrazas para organizar fiestas ilegales.

Las firmas que estaban preparando estas reuniones privadas también están muy preocupados porque ya han pagado y no saben si van a poder recaudar el dinero entregado. De igual forma, ya habían acordado con sus clientes cómo iba a desarrollar la fiesta. "Si no podemos hacerla vamos a quedar mal con nuestros clientes y ya no queda nada para el Gran Premio. Nos lo tenían que haber comunicado antes", se lamentaba otro de los responsables de las empresas organizadoras.

De momento donde sí está seguro contemplar el espectáculo es desde las 112.000 butacas distribuidas en las gradas.
 

 

 

 

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