El jefe de la Fórmula 1 recomienda a Montmeló que se modernice ante la enorme pujanza de Valencia

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La alcaldesa Barberá, el magnate Ecclestone, el vicepresidente Rambla y el presidente del Consell, Francisco Camps, ayer en el Palau la Generalitat.
Amigo del placer, el lujo y el dólar, Bernie Ecclestone ha lanzado un plan de choque para el circuito de Montmeló. Debe modernizarse. Ese es el mensaje concreto, directo, disuasorio, que han recibido los responsables del trazado catalán en sus últimas citas cruzadas con el factótum de la Fórmula 1. Más que un vaso comunicante en el boom de este deporte en España, Valencia puede ser su principal rival. La ley de la F-1: el compañero de equipo siempre es el primer adversario…

Lo dijo Briatore el pasado miércoles en Madrid. "Cuando se tienen dos negocios en la misma calle, uno va para abajo". Antes de albergar la carrera, ya se sabe que Valencia representará el agua, el Mediterráneo, el sol. Y sucede que al circuito de Cataluña, inaugurado en 1991, le falta un símbolo, una imagen reconocible al primer vistazo. A ello se ha puesto la dirección. "Tal vez construyamos una nueva torre, algo que nos identifique", cuenta Ramón Praderas, un empresario que hizo fortuna en México y que está al mando del Circuit.

No será, desde luego, el lujo asiático que inunda la Fórmula 1 y que proviene, sobre todo, de los países de Oriente Medio. Abu Dabi acogerá una carrera del próximo Mundial 2009 en un trazado con forma de revólver y ya prepara la excelencia del exotismo más recalcitrante. En la ciudad se están levantando hoteles que permiten ver el paso de los monoplazas a través del suelo de las habitaciones. Y en la megalomanía exacerbada, se dice por el paddock que hay jeques dispuestos a construir aviones con piscina incorporada. La bussines class se va a quedar en piltrafilla si los árabes materializan sus propuestas.

Sucede que, desde que Alonso es quien es, ayer fue el primer jueves de Gran Premio de España que no se colgó el cartel de "No hay billetes". Y las razones hay que buscarlas en detalles concretos. Alonso no gana este año y Valencia se presenta como una alternativa apetitosa a finales de agosto. "Está claro que con Fernando hemos incrementado un cuarenta o un cincuenta por ciento nuestra recaudación. Y respecto a Valencia, yo no lo veo como un competidor, sino como un amigo. Si hay dos carreras de Fórmula 1 en España, es señal de que lo hemos hecho bien, ¿no?", dice Praderas.

En 1996, sin Fernando Alonso, acudieron 50.000 personas a Montmeló. En 2007, con el asturiano en McLaren, fueron 140.000. O lo que es lo mismo: 25 millones de euros para la caja del circuito sustentado por el RACC. Lleno total. La mina de oro. Pero la pujanza de Valencia preocupa en Cataluña.

 

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