Los monoplazas que a finales de agosto rueden por primera vez en el circuito urbano de F-1 verán en el horizonte el imponente mástil del puente del Assud de l'Or, cuya construcción terminará, previsiblemente, antes de la cita automovilística, tal y como explicaron ayer fuentes de la Ciudad de las Artes y las Ciencias (Cacsa), que promueve la obra.
El viaducto se convertirá en la principal alternativa para los miles de conductores que utilizan a diario el puente de Astilleros, que une Nazaret con el Grao, teniendo en cuenta que se cerrará al tráfico al formar parte del trazado, por lo que la nueva obra será el paso más próximo para poder ir de un lado a otro del Turia.
El puente, diseñado por Santiago Calatrava, será atirantado y una vez en marcha se convertirá en la construcción más alta de la ciudad, teniendo en cuenta que el mástil que sujetará los cables alcanzará los 125 metros de altura, el equivalente a un edificio de más de 40 plantas. Será superior al hotel Hilton, que con 117 metros es el inmueble más alto de Valencia, y a la torre de Francia.
El viaducto modificará el skyline de la ciudad vista desde la fachada marítima. Una de sus funciones estéticas es romper la sensación de horizontalidad que crean los inmuebles de la Ciudad de las Artes. Un paseo por la zona ya permite ver los cambios, que se acentúan a medida que el mástil va ganando altura. Ayer mismo se colocó una nueva pieza en una delicada operación llevada a cabo por una gigantesca grúa. El mástil (también llamado pilono) recae a la rotonda del centro comercial El Saler y servirá de sujección de los 33 cables que aguantarán el peso de toda la estructura, cifrado en 5.500 toneladas.
El nuevo puente conectará la avenida Autopista del Saler con la calle Menorca y soportará un tráfico diario de 70.000 vehículos como máximo. Esta es la previsión que manejan los técnicos de la Concejalía de Tráfico del Ayuntamiento, teniendo en cuenta que habrá que esperar a que la nueva ruta se asiente para establecer intensidades concretas. Será la última obra para conectar el anillo de la ronda exterior, pues permitirá llegar desde el bulevar sur a la avenida de los Naranjos a través del bulevar del Serrería.
La colocación de las piezas que conforman el pilono es una de las tareas más delicadas. La grúa empleada tiene capacidad para mover grandes pesos, si bien a medida que aumenta la altura los trabajos se complican al reducirse la capacidad de maniobra. Por ello, se ha tenido que utilizar una máquina que pueda mover pesos de cien toneladas a más de cien metros de altura. Esto hará que la colocación del remate del mástil sea la parte más complicada.
El puente tendrá cuatro carriles de circulación por sentido, incluyendo el reservado exclusivamente al transporte público. Además, se habilitará la plataforma del tranvía, teniendo en cuenta que la línea T-2 cruzará el viejo cauce hacia la zona del Grao por el nuevo viaducto, si bien el itinerario definitivo de este ramal no se ha concretado.
En cuanto al tablero sobre el que pasarán los vehículos, está formado por una espina dorsal que une ambas riberas, de la que crecerán las 72 costillas que establecerán la anchura de la infraestructura. Según los datos facilitados por Cacsa, tendrá 34 metros, seis correspondientes a la espina, que coincidirá con el andén central, y los 14 de cada una de las dos costillas transversales de las que nacerán los carriles.
A mediados de diciembre comenzaron a colocarse las costillas, y a día de hoy, sólo falta una pieza para que los dos lados del puente se conecten, tal y como confirmaron ayer fuentes de la empresa pública.
Para que las obras lleguen a tiempo al plazo marcado, se ha establecido una dinámica de trabajo de 24 horas. Una vez se termine esta parte de la obra y a medida que vaya creciendo en altura el mástil, se procederá a la instalación de los cables que crearán la tensión necesaria para sujetar el tablero y el peso de los vehículos.
A escasos metros, también avanzan a pasos agigantados las obras del Ágora, la gran plaza pública diseñada por Calatrava que se convertirá en la sede del Open de Tenis de la Comunitat Valenciana. La previsión, en este caso, es que las obras terminen a finales de año.