MARÍA JOSÉ GIL VALENCIA El propietario de la escudería española de Fórmula 1, José Ramón Carabante, que preside Grupo 2002 e Hispania, está convencido de que su equipo es un buen negocio. El promotor inmobiliario que hizo fortuna en los años buenos del ladrillo es un visionario que en plena recesión se propuso sacar adelante un equipo de Fórmula 1 -Hispania Racing Team, con sede en Murcia, que ha corrido ya esta temporada en los circuitos automovilísticos más importantes del mundo-, y poner en marcha una planta de componentes de automóviles, pero el proyecto que consiguió el aval del Gobierno murciano después de mucha insistencia no acaba de arrancar y el acuerdo que tenía con el constructor de chasis italiano Dallara se ha roto y ahora se propone dedicarse en solitario a la producción del chasis para coches deportivos.
En las últimas semanas su nombre saltó a la palestra porque, según diversas informaciones, acumulaba una deuda de 450 millones de euros con el Banco Popular. Carabante desmiente que deba tanto dinero y sostiene que "es absurdo" hablar de una cifra tan alta. A su juicio, se le está atribuyendo parte del dinero que tiene pendiente Trinitario Casanova, el empresario que hace dos años le vendió el grupo Hispania.
Sostiene que las informaciones difundidas sobre su situación financiera no se corresponden con la realidad y que incluso "me atribuyen acciones del Popular que no tengo". Tampoco reconoce haber tenido la fortuna de 1.000 millones que se calcula que amasó en la época dorada del ladrillo, aunque se le nota que disfruta al traducir la cantidad en euros a las antiguas pesetas. Lo que sí admite es un intento de OPA sobre NH Hoteles que fue rechazado. "No lancé una OPA hostil, así que no pasó nada", señaló.
Empezó a curtirse en el mundo de la empresa a los 18 años y ha sabido rodearse siempre de personas influyentes, como el ex ministro socialista Miguel Boyer, casado con Isabel Preysler, con el que el que creó una división inversora en su grupo. La posibilidad de que Isabel Preysler y Boyer asistieran a la boda de su hijo, celebrada en julio de 2009 en una finca que el empresario tiene en el municipio murciano de Moratalla, convirtió el acontecimiento en un gran evento social, aunque finalmente no asistiera la reina de las revistas del corazón, pero sí su marido.
A finales del pasado mes de mayo, Miguel Boyer entró a formar parte del consejo de administración de Hispania Racing Team, junto a otras dos figuras del mundo empresarial que también son asiduos del papel cuché, Alberto Cortina y Fernando Fernández Tapias. Estos tres nombres dan idea del mundo en el que se mueve el impulsor de la escudería murciana. Hay quien mantiene que creó el equipo de Fórmula 1 como una forma de abrirse puertas difíciles de franquear como empresario, siguiendo el ejemplo del presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, con su compañía ACS.
El Ejecutivo murciano presidido por Ramón Luis Valcárcel le concedió un aval de 20 millones para poner en marcha la factoría de componentes automovilísticos, que el empresario malagueño decidió instalar en el parque tecnológico de Fuente Álamo, donde se encuentran compañías como la aeronáutica M. Torres, pero Carabante aún no tiene fecha para empezar la construcción. Él asegura que el proyecto está pendiente de las licencias y de las ayudas de la Comunidad Autónoma. De su materialización dependerá que pueda cobrar nueve millones en tres años por hacer publicidad de la Región de Murcia en sus coches.
También se acabó quedando el Club Baloncesto Murcia cuando la promotora murciana Polaris World tuvo que desprenderse del equipo. Con anterioridad, había patrocinado en Murcia un equipo femenino de voleibol. Lo que tiene claro es que el fútbol no es buen negocio, a pesar de que el presidente del Real Murcia, Jesús Samper, le ha tentado. "Si la pelota no entra, la gente te insulta. Para pagar y que te insulten me voy a "Salsa Rosa", donde te chillan lo mismo, pero cobras", declaró a La Opinión de Murcia.
Carabante es un hombre que confía en la suerte, pero incluso cuando asume que está emprendiendo una aventura, como crear un equipo de carreras, defiende que el proyecto tiene "un plan de tesorería claro". Es licenciado en Derecho y saltó a la fama tras comprar una participación en la promotora Colonial, que vendió antes de que la crisis del ladrillo empezara a hacer estragos en la construcción, llevándose un sustancioso beneficio. También se llevó un pellizco importante de Reyal Urbis, aunque se cuenta que empezó a hacer dinero con las plantaciones de fresas de su esposa en Huelva.
Aterrizó en Murcia hace dos años, cuando compró el grupo Hispania al empresario Trinitario Casanova, que se había hecho especialmente conocido en la Región como promotor de un complejo urbanístico que iba a construirse en unos terrenos protegidos del municipio de Águilas, La Zerrichera. La recalificación de esta finca ha dado lugar a un proceso judicial en el que están imputados altos cargos del Ejecutivo murciano e incluso provocó la detención del ex consejero de Industria Francisco Marqués. Por su parte, Casanova había saltado a las páginas de los periódicos nacionales por sus maniobras para hacer subir de precio las acciones que tenía en el Banco Popular. Con el tiempo, también Carabante ha tenido que plantearse si acude a los tribunales, dado que el escándalo urbanístico ha llevado al Gobierno murciano a bloquear la recalificación de La Zerrichera.
Carabante aseguró que había adquirido el grupo Hispania con intención de diversificar su negocio, dado que su nueva compañía es propietaria de los locales comerciales que ocupan varias cadenas comerciales en distintas comunidades autónomas. Entre sus inquilinos en Murcia figuran las tiendas del grupo Inditex, que preside Amancio Ortega.
Nieto de pintor
A José Ramón Carabante, nacido en Málaga en 1952, se le atribuye una importante colección de pintura y una gran afición a las obras de arte, además de un patrimonio que incluye varios pisos en Madrid y mansiones en Murcia, sin olvidar un yate y un avión privado. El empresario explica que su gusto por la pintura le viene por tradición familiar: "¿Cómo no voy a tener afición si mi abuelo fue primera Medalla de Bellas Artes y dirigió el museo San Fernando de Sevilla?" Añadió que "hay varios cuadros de mi abuelo en la colección Thyssen y tiene cuatro páginas en el Espasa". Él mismo reconoce que también ha pintado "algunas cosas para mí, pero nunca para exponer".