JOSEP BARTUAL VALENCIA Cuando Bernie Ecclestone se fijó en Valencia, allá por 2006, dijo que era «el secreto mejor guardado». Tanto le gustó y tales fueron sus dotes persuasivas, que convenció al gobierno de Francisco Camps de construir un circuito urbano de 100 millones de euros y firmar un contrato por traer la Fórmula 1 a Valencia, que en total ascendía a casi 184 millones de euros. El magnate británico se siente como en casa cuando visita la ciudad con motivo del Gran Premio de Europa, hasta el punto de ser un fiel comprador en el Mercado Central. El último descubrimiento del dueño de la F1 fue un pequeño hotel con encanto situado en la huerta de Alboraia llamado La Mozaira, donde habitualmente pernocta. Literalmente, «se enamoró» del lugar tras su primera visita, según explican fuentes del establecimiento, propiedad de la familia Polo (Fartons Polo).
La Mozaira es una antigua alquería valenciana del siglo XVII totalmente rehabilitada y adaptada como hotel de lujo. Está en el corazón de la huerta de Alboraia, a solo dos kilómetros de Valencia y a poco más de diez minutos del circuito urbano. Dispone de distintos espacios libres para eventos, biblioteca, salas de reuniones, bar, piscina en el jardín y una huerta propia. Cuenta con tan solo 12 habitaciones y para el fin de semana de la Fórmula 1, del 22 al 24 de junio, el hotel ya cuenta con un 80 por ciento de reservas. «Nosotros somos muy selectos con nuestros clientes y tratamos de ofrecerles el mejor servicio, y si para eso hay que ocupar menos habitaciones, no nos importa que no se llene», explicaron a este periódico fuentes del hotel. El precio mínimo por noche durante el Gran Premio está a partir de los 220 euros.
Los responsables de la alquería no pudieron confirmar que durante este año se aloje de nuevo Bernie Ecclestone -que también es un habitual de Las Arenas, hotel pegado al circuito urbano-, aunque reconocen que sus visitas han sido frecuentes-. Hasta tal punto llegó el interés del británico por La Mozaira, que hace unos meses se rumoreó que el jefe de la Fórmula 1 quería comprar el complejo, aunque él mismo se encargó de desmentirlo.