A 113 días de que se encienda el semáforo verde, todas las obras para la construcción del circuito urbano de Valencia están ya encargadas o en pleno apogeo. Las últimas se ha iniciado esta misma semana, con la urbanización de la antigua playa de vías de la estación del Grao en un moderno paddock, con una capacidad para mil vehículos, un helipuerto y espacio para los camiones de los equipos.
Esto sucede junto al puerto. Dentro, en la dársena, las imágenes cambian todavía con más celeridad, debido a que la ejecución del trazado debe ir acompañado por los remates últimos de cómo debe quedar el perímetro de la marina. Ese fue el acuerdo al que se llegó con la empresa organizadora de la Copa América, para que fases posteriores no entorpezcan el evento náutico, ahora varado en un tribunal de Nueva York.
Así las cosas, ya se ha colocado la primera capa de asfalto encima del pavimento de hormigón que ha dejado perfectamente nivelado el escenario del Gran Premio de Europa durante los próximos siete años. Ese es el tiempo que la empresa valenciana Valmor Sports tiene los derechos del evento, tras pagar un canon anual de 26 millones de euros al británico Bernie Ecclestone, dueño de Formula One Management.
Al margen se quedan los costes del propio circuito, un dinero que ha adelantado la Generalitat como parte de la urbanización del barrio del Grao y la marina. Serán por lo tanto los promotores inmobiliarios y las empresas que gestionen la dársena los que tengan que devolver los más de 75 millones de euros que ya se han invertido.
Esa ha sido también la clave del tiempo récord en que se construirá el circuito. El 1 de octubre se iniciaron las obras, justo cuatro meses después de que se firmara el contrato para la celebración de los Grandes Premios. El Consell ha tramitado todo el proyecto como una urbanización del nuevo barrio, donde quedarán amplias avenidas de ocho carriles cada una el resto del año.
El asfaltado ha cambiado por completo la estampa del nuevo barrio del Grao.
Puente giratorio
Las carreras supondrán sólo la ocupación durante tres días, más el tiempo que se necesite para las infraestructuras del circuito, sobre todo en materia de seguridad. El asfalto estará delimitado a ambos lados por arcenes, zonas de escape y vallas para separar los bólidos de las gradas.
Estos días, las adjudicatarias de las obras en la dársena han comenzado a colocar vigas de hormigón junto al puente giratorio, en el canal de la Copa América. Cubrirán una superficie de 3.000 metros cuadrados, eliminando un pantalán de la marina norte. Fuentes de la Conselleria de Infraestructuras matizaron sobre esta actuación que el recrecimiento sobre el agua es "desmontable", es decir, que dentro de siete años, los gestores de la marina pueden decidir devolver ese espacio al mar, en caso de que Valencia ya no albergue más Grandes Premios.
Esto será posible porque el pavimento está sostenido por pilotes, anclados a varios metros de profundidad sobre el lecho del canal. Se trata de la segunda zona de escape colocada junto al agua, además de la diseñada a escasa distancia de la base del Alinghi, el equipo suizo poseedor de la Copa América.
Y es que la seguridad se ha vuelto un aspecto esencial del proyecto, con la clara intención de minimizar los accidentes. Los 14 metros de anchura de la pista garantizan adelantamientos espectaculares y las zonas de escape están repartidas a lo largo de todo el circuito, camufladas el resto del año con rotondas y jardines desmontables, bajo el diseño de arquitecto José María Tomás.
El tinglado 5, con hospital
El tinglado número 5 contará además con un hospital montado con los requisitos de la Federación Internacional de Automovilismo. Las obras también han empezado en este antiguo almacén portuario, lo mismo que ocurre con el tinglado 4, donde se situarán los boxes. Al tratarse de recintos protegidos por su valor patrimonial, la Conselleria ha optado por habilitar grandes estructuras metálicas desmontables dentro de cada tinglado. Eso sí, permitirá abrir una primera planta, para sendas terrazas que sumarán un aforo de 4.000 personas. Será la zona VIP del circuito, además del pantalán de los megayates.
En la ya famosa "T" de la dársena interior los barcos de cien metros de eslora pagarán 60.000 euros por dos semanas. Otros amarres serán más económicos.
