La verja que rodeaba la dársena interior desde principios del siglo pasado ya es historia. A última hora de la mañana de ayer, las empresas encargadas de la urbanización del circuito urbano empezaron a retirar las piezas de fundición, debido a que la calle J. J. Dómine se convertirá en una de las zonas de escape de los bólidos que participen en el Gran Premio de Europa de automovilismo el 24 de agosto.
Antes de esa fecha, estará terminado por completo el trazado y los jardines móviles que jalonarán la parte del circuito de la dársena. Así, cada año se quitarán maceteros y plataformas de plantas para que aparezca un amplio espacio donde los coches puedan salirse con seguridad, en caso de que los pilotos pierdan el control a 302 kilómetros por hora, la velocidad estimada en la simulación por ordenador para el tramo que se inicia junto al tinglado número 2 del puerto.
La verja cuenta con cierto nivel de protección patrimonial, por lo que la Conselleria de Infraestructuras anunció en su día el traslado a un almacén. Propiedad de la Autoridad Portuaria, podrá reponerla si quiere esta institución una vez que finalice la concesión del Gran Premio a la empresa Valmor Sport, que ha firmado para siete ediciones.
Mientras, cada año será colocada una verja provisional, desmontable y que tenga un diseño similar a la retirada. El motivo es mantener así los controles de seguridad en los accesos a la marina de la Copa América, para la siguiente edición del evento náutico.
La verja fue colocada en los primeros años del siglo XX, según recordó el historiador Josep Vicent Boira. La colocación supuso la primera barrera arquitectónica entre la dársena y la ciudad, lo que pretende eliminar la marina de ocio que se realice después de la Copa.
"Debió ser para evitar el contrabando y la seguridad de las mercancías", opinó Boira, quien se mostró favorable a que en su día se deje en pie parte de la verja de fundición. El historiador subrayó que fue en esa época cuando se produjo la última transformación del puerto de calado en relación con la ciudad, al añadirse a la verja la llamada escalera Real y los edificios más característicos, como el del Varadero.
Por el contrario, las obras para la Copa América y ahora las necesarias para al circuito de Fórmula 1 han supuesto la desaparición de varios de esos elementos. La escalera desapareció con la construcción del pantalán de megayates, dijo Boira.
El Consorcio Valencia 2007 incluyó en las bases del concurso de la marina la eliminación de la verja. Los arquitectos ganadores, Jean Nouvel y José María Tomás en un proyecto conjunto, además del despacho alemán de GMP, plantean por lo tanto la conexión total entre el Marítimo y la dársena.
Acerca de las zonas de escape, hay más de una docena repartidas por el circuito. En los aledaños de la dársena, en la calle Espolón de Cantarranas, ha sido necesaria la demolición del pretil para ampliar la calzada sobre el viejo cauce. En total, se perderán un millar de metros cuadrados de zona verde. Enfrente, el Puerto desmontará parte de la barandilla del puente de Astilleros para construir un acceso provisional durante las carreras.